¿Qué es el método científico? El que nunca yerra. Es lo siguiente. Suponemos. Calculamos las consecuencias de lo supuesto. Comparamos dichas consecuencias con la naturaleza o con experimentos reales. Si existe inconcordancia total o parcial entre las consecuencias de lo supuesto y el resultado de los experimentos, lo que hemos supuesto es erróneo. No importa lo bonita o lo inteligente que fuera nuestra suposición. No importa la reputación de quien la supuso. Es erróneo. Eso es el método científico según Richard Feynman. Un montón de mierda.
Supongamos que suponemos. Supongamos que suponemos también las consecuencias de lo que hemos supuesto. Aquí está el error, amigo Feynman. ¿Cómo vas a calcular las consecuencias de un supuesto? Las consecuencias de un supuesto son supuestas consecuencias. Si tiras una moneda al aire, saldrá cara o saldrá cruz. Hey, hey, hey… amigo Feynman, estás suponiendo que la moneda bajará. Ven a mi casa, tómate un té conmigo y hazme compañía mientras baja mi moneda. Ya verás, ya. Ya verás, amigo Feynman.
Bien. Caso real. Vas en la bici. No hay frenos. Te gusta la velocidad. Pero te vas a dar la hostia de tu vida. O eso supones. No dejas de acelerar. Puedes tirarte de la bici. Cuanto más tardes en tirarte, más fuerte será la hostia. Das por hecho que la hostia está asegurada, porque lo supones. Y como eres así, aplicas el método científico en esa fracción de segundo que empleas en decidir si tirarte o no. Supones que te vas a caer ya mismo o más tarde. Supones que cuanto más tardes en tirarte, mayor será la hostia. Supones que tirarte es menos doloroso que darte la hostia. Lo lógico sería esperar, dejar que algo ocurriera, obtener resultados reales y comparar sólo entonces. No comparar las supuestas consecuencias. Lo que pasa, amigo Feynman, es que hay consecuencias que es mejor suponer, y luego asumir, que comprobar. ¿Cierto? Y encima la bici no es tuya. Nos ha jodido. Así también hago yo ciencia.
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