domingo, 3 de junio de 2012

Despierta té


El agua, en mi vitrocerámica, tarda en hervir tres minutos. Y yo aún no he abierto ni los ojos. Bien, tres minutos. Vamos allá. Debajo de mi cama sólo hay ropa mojada. Literalmente. Creo que anoche todos los monjes abandonaron el santuario. Y el santuario, con su peso mastodóntico y su nueva calificación no sacra, se hace un té. Ahora toca buscar a los monjes, creo que pondré un anuncio en el periódico. El periódico de ayer, claro. Mierda, el té.

No hay comentarios: