
Sobre la Libertad de expresión y la expresión de la Libertad:
La Libertad de expresión es un derecho que otorga la Constitución Española a todos los ciudadnos de este país. Esto es una realidad, escrita, exigida y exigible. Pues bien, antes de ayer, la revista El Jueves fue objeto de una actuación represora por parte de la Audiencia Nacional. Se ordenó la retirada de dicha revista de los quioscos y el secuestro de las plantillas de impresión de las imprentas en que se le da forma en el papel. De este modo, el número 1573 de El Jueves no verá más la luz. Afortunadamente, el miércoles compré un ejemplar de dicha revista, aunque, hoy sábado, todavía no la he leído, porque no he tenido tiempo. Viendo cómo están las cosas, aún es demasado pronto pera hacer una valoración completa de lo que está ocurriendo. De momento, a mí me inquietan dos cosas:
- La Audiencia Nacional y la mano del juez Del Olmo han retirado una revista en la que aparece una caricatura de los príncipes echando un polvo en una de las portadas más ingeniosas de El Jueves que he visto nunca: mezcla varias realidades de la actualidad nacional en un solo chiste gráfico, en mi opinión sin incurrir en nada que no hayamos visto mil veces en en esta misma revista. El motivo es que atenta contra la lealtad y el respeto a la corona española, tal como está reflejado en los artículos 490.3 y 491 del Código Penal Español.
-La dirección de la revista El Jueves se está olvidando de las cosas que defiende. Tan sólo han intervenido en un par de medios, como La Ventana de La Ser. Lo único que hemos oído de la boca de Óscar Nebreda, director editorial, es que no es para tanto, que él no cree que sea motivo para la retirada de tal y tal... y las típicas cositas de "no voy a cagarla mucho, a ver si me cierran el chiringuito".
¿Por qué tenemos que ser leales a la corona? ¿Podemos elegir nuestra corona? Entonces se nos ha impuesto que ciertos temas son intocables, que la familia real no puede ser nunca objeto de mofas ni de sátiras. Puedo llegar a entender que en un país en el que al nacer te presenten un documento con las obligaciones y los derechos de un "leal a a corona" para que lo firmes si quieres, te exijan una lealtad en caso de que la firma sea un "sí, quiero ser leal a la corona", signifique eso lo que signifique. Todos nos echamos las manos a la cabeza el día que aquella minoría musulmana (todo oriente medio, según la COPE) exigió una disculpa por las caricaturas francesas de Mahoma. Esto es lo mismo, señores. El rey es el rey, y nada más que eso. Y quiera el destino que esto acabe pronto, porque es un paso lógico que una sociedad demócrata y madura cambie un sistema monárquico (en que las capacidades para ser Jefe de Estado de una nación se suponen hereditarias) por un sistema republicano o por cualquier otro en el que sea la soberanía popular y el sufragio la única manera de elegir a quien nos representa. Y en todo caso, si ha de respetarse la imagen de alguien o de alguna institución hasta el punto de no poder estar sujeta a la sátira, que sea elección de la mayoría a quién se ha de respetar. El humor es el humor, y la corona ha de estar sujeta a críticas, sean de la índole que sean, porque aunque eso sea una falta de respeto hacia una persona física (y su realidad legal, que en este caso llega al mayor exponente), resulta muy peligroso que estas acciones sean motivo de censura. ¿Dónde está el límite? Yo opino que la monarquía española es inútil, innecesaria, arcaica y dañina. ¿Pedo decirlo en un medio de comunicación? ¿Me puedo cagar en el rey si su comportamiento o su significado me ofenden? ¿Puedo decir que echar un polvo es lo más cerca que estará Felipe de trabajar? Que la respuesta a esto sea NO me da pavor. Y es cierto que estas palabras son ofensivas, pero es algo sano y conveniente que un medio de comunicación, máxime si su única intención es el entretenimiento y la risa, y no la información, no existan límites para sus contenidos.
¿Por qué puedo hacer una broma gráfica sobre la pedofilia en la Iglesia, sobre Mahoma, sobre Zapatero, sobre Rajoy, sobre la ONU, sobre los homosexuales, sobre el maltrato, sobre las minusvalías físicas...? Claro que es ofensivo, joder, y al que no le guste que no mire. Ahí está cada uno para elegir si quiere echarse unas risas con la corona o no, con la Pantoja o no, con la Iglesia o no. Pero exigir respeto no es algo lógico. El respeto se lo gana uno, y si no existe respeto, la única actuación responsable es preguntarse por qué no existe, no exigirlo a golpe de furgón de la Guardia Civil. Son 120.000 lectores semanales los que se gastan dos euros con diez para leer las ocurrencias y los dibujos de una revista cuya única finalidad es reírse de lo que pasa, descargar la monotonía de la información prefabricada de las agencias con una interpretación sui generis de lo que la actualidad nos depara. Y ahora resulta que tras tres intervenciones de este tipo que ha sufrido El Jueves, van a tener que andarse con más cuidado a la hora de escribir y dibujar. Los perjudicados somos los que no queremos ser leales a la corona, los que no queremos creer en algo sólo porque ha de ser así, los que creemos que todo es ridiculizable, porque todo es opinable, los que no nos escandalizamos cuando somos objeto de esas mismas sátiras, los que buscamos opiniones y no doctrinas, los que quisiéramos elegir en lugar de acatar. Porque opinar que el rey es un vago, que su hijo es un jeta, que la corona huele a mierda y cualquier otra cosa que se nos pase por la cabeza es legal. Porque opinar es legal, joder. Opinar es necesario, y si mi manera de opinar es pintar barbaridades, es mi obligación no dejar nunca de pitar barbaridades. Porque si mi condición de ser humano me permite opinar sobre lo que me rodea, pero no puedo expresarlo como quiero, mi opinión vale una puta mierda, porque nunca puodré hacérsela llegar a los demás. Como estudiante y trabajador de los medios quiero elegir qué escribir, qué filmar, qué satirizar, para que sea el lector o el espectador el que me de la razón, para que me censure la opinión de la gente, no la de la ley. Tengo miedo de que esto se generalice y nos salpique a todos.
Y ahora me voy a tirar en el sillón, voy a fumarme un cigarro o lo que sea que encuentre por casa, voy a ponerme a pensar un rato en toda esta papilla de hipocresías que es la Libertad de expresión y seguramente tendré que bajar las persianas y cerrar las ventanas para poder gritar a gusto, cuando me dé cuenta de que la monarquía me asquea cada día más: ME CAGO EN EL REY (y que conste que esto es sólo una opinión).
1 comentario:
... cagarse viene a venir siendo una acción... creo...
Que conste que te he leído con atención de principio a fin y que fleco arriba fleco abajo comparto tu opinión. Pero, trivializando, me quedo con estas dos frases.
"Como estudiante y trabajador de los medios..."
Jejjajj, me parto. Somos trabajadores de los media, 'jate, del cuarto poder. Que poderosos somos.
"Tengo miedo de que esto se generalice y nos salpique a todos." Esta suena a locución del tomate, tío, no seas sensacionalista.
Un día de estos os convoco a Hilarión en pleno para una cenita.
Besicos.
Pat.
Publicar un comentario