viernes, 23 de diciembre de 2011

La luz en el vacío

La luz en el vacío.
A pesar de lo constantes que suelen ser las constantes, algunas veces es difícil creer tan ciegamente en ellas. El punto de vista es, genralmente, parte del entorno; y es entorno en sí mismo.Y en algunos entornos, nuestro lugar-momento en el espacio-tiempo se reduce a sí mismo al absurdo, como una Escalera de Escher en la que el observador que camina subiendo y bajando peldaños no encuentra nunca la prueba de que es infinita. Sólo después de que su intuición le diga que no está llevándole a ningún sitio, su entorno se vuelve distinto ante su punto de vista y se conforma como una espiral infinita, una escalera en bucle que le arroja al lugar-momento en el que siempre ha estado quieto, incluso cuando él creía estar en movimiento. Para el observador no habrá un momento con sentido en todo el recuerdo de su experiencia andando por la escalera, puesto que la nueva condición infinita de ésta, reduce su lugar-momento a una anécdota, ya que lo mismo pudiera haber estado en un lugar-momento de la escalera que en otro, puesto que nunca ha influído ni en el entorno, ni en el punto de vista, entorno en sí mismo.Otras veces, aunque no haya distorsión ni cambio de punto de vista, las leyes fluctúan a merced del entorno. Cualquier fotón que se jacte de viajar a la velocidad de la luz deberá tener en cuenta que la medición en el entorno no es absoluta, ya que el entorno mismo podría estar viajando a cualquier velocidad, lo cual multiplicaría o dividiríadrásticamente la velocidad real al ampliar el marco de medición a un entorno más general en la que el primer entorno no sea sino parte de la observación.Yo pensaba que era un fotón y que C era la velocidad de la luz en el vacío.Pues bien, hoy mi entorno ha cambiado. Sólo un pequeño dato, un detalle del entorno ha cambiado, y la ecuación que describía mi realidad se ha desbalanceado hasta tal extremo que sólo he podido salvar esto: [x=x]. Recuerdo que antes había tantas variables en mi ecuación que me hubieran hecho falta miles de sistemas para definirla. Quizá éste ha sido el momento en el que a fuerza de pensar que mi escalera era infinita, he entendido las consecuencias de su recorrido.El pliegue en mi espacio-tiempo se ha producido de la siguiente manera: yo estaba observando mi realidad a la espera de un evento que podría ocurrir o no (o que ya estaba ocurriendo y no a la vez). El evento ha acaecído, como estaba vagamente predicho, y su consecuencia inmediata ha sido la deformación del tiempo. Todvía no estaba, como observador, en condiciones de analizar el espacio. El tiempo se ha redefinido, ha roto una brecha y se ha vuelto a reconstituir en una fracción de unidad de tiempo no medible (hablar aquí de segundos es absurdo, puesto que, como ya contaré más abajo, todo el marco de medición se ha desajustado). He percibido cincoaños del modo que se recuerdan lapsos como el tiempo que dura una fiesta, o un viaje en avión. He comprendido la forma del círculo que dibuja el tiempo sólo cuando he terminado de dibujar el círculo.Ha sido sorprendente pensar en cómo el observador es capaz de anticipar el patrón de dibujo que desarrolla un lápìz cuando dibuja un círculo; pero, cómo sería incapaz de anticipar el resultado si su punto de vista fuera la misma trayectoria del lápiz en movimiento, puesto que vería el círculo como una línea recta. Yo estaba pensando en lo recta que era mi línea cuando me he encontrado con que se ha cerrado el círculo. Se ha plegado el espacio-tiempo.Ahora que sé un poco más de observación, creo que es posible construir una ecuación nueva. De momento, voy a prescindir de la y, ya que ha demostrado ser la constante más variable de todas. El mal balanceo de mi ecuación ha sido terriblemente acusado por mi y, que ha arrastrado todo el valor de ambos términos a unos lugares-momentos de la gráfica que no tenía pensado visitar y, por tanto, nunca había dibujado. De momento, para reconstruir mi nueva ecuación, voy a darle muchas formas a la x, voy a multiplicarla por sí misma, voy a dividirla, me la voy a llevar a hexadecimal, voy a suponer que a partir de hora es tendente a infinito, y voy a asumir sólo mi x como valor constante. Eso seguro. Pero mucho me temo que mi intuición va a querer opinar en todo esto, y me consta que sabe bien cómo definí x cuando aún no era siquiera parte de la ecuación. En aquel momento tuve que definirla así: x + y = 1. Y aunque no vaya a usar la y hasta que sepa que encaja en mi ecuación, tendré que trabajar en ella sabiendo que voy a tener que dar muchas vueltas si quiero aislar del todo mi x, puesto que si quiero sacarla de la ecuación como un valor natural, voy a tener que restarle y a 1. Y eso, a día de hoy, me acojona.

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